miércoles, 9 de enero de 2013

El valor de la Educación

Preguntarse ¿Cuál es el verdadero valor de la educación? No es lo mismo que ¿Cuánto cuesta la educación? O si la educación en si misma representa un valor. Lo cierto es que se repite constantemente que sin educación es muy difícil alcanzar metas y al mismo tiempo se escucha un clamor popular si el precio de la educación es alto. Si pensamos en la educación como valor, es indudable que no existe un precio posible, porque sin educación no hay racionalidad, conocimientos o libertad creativa. Por lo tanto el valor otorgado a la educación debe ser mayor que el que se le otorga a una casa, un auto o un viaje. Recordemos que el valor de la educación nos puede dar a la postre la posibilidad de obtener todas esas otras cosas que justamente anhelamos. Debemos estar conscientes que solo atendiendo responsablemente los aspectos educativos podrá el ser humano tener la capacidad de crear un mundo mejor.

Por otro lado, creo firmemente que no hay dinero que pague una buena educación. En el pasado ésta estaba a cargo de la familia y dependía de las condiciones económicas de cada una, el tipo de educación recibida, pero con el tiempo y en aras de la democracia, la educación se volvió universal y obligatoria, y esta circunstancia no debería ser un problema, aunque ahora parece que no hubiera tiempo para educar, que no es lo mismo que impartir conocimiento. Educar es más bien la capacidad de mostrarle al educando como utilizar ese conocimiento para el bien y el progreso. Se hace necesario y urgente revisar lo que se ofrece y lo que se omite, lo que se entrega finalmente y lo que se toma como educación cuando no lo es. Se hace necesario entender que impartir educación es un arte y que no hay forma que la creación artística no sea un artículo costoso.

La educación necesariamente debe ser cara, porque los docentes que la imparten deben estar en constante capacitación y deben haber solucionado sus necesidades cotidianas, para estar así listos a formar un individuo con valores morales, conocimiento científico y capacidad de discernimiento entre lo bueno y lo malo. Un sujeto de la educación que esté listo para la transferencia, es decir que esté dispuesto a enseñar lo que sabe, porque está consciente que podrá recibir suficiente por la labor bien cumplida. El maestro debe ser la persona más respetada, ya que en sus manos está el futuro de sus pupilos, este respeto pasa por el contrato social de calidad de enseñanza por retribución apropiada. En Asesoría Educativa creemos firmemente que un maestro bien remunerado y con las herramientas científicas y tecnológicas apropiadas es el tipo de profesional que cumplirá con su deber y dará educación de calidad a sus estudiantes.

Violeta Fonseca

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