Solo hace muy poco comprendí la relevancia de esta
frase, que dada mi condición de maestra he tratado de explicar cada vez que tenía
que trabajar la obra de José Zorrilla. Sin embargo es tan difícil encontrar el
profundo mensaje que conlleva. El mundo privilegia la juventud y hay algunos
que hacen muchos esfuerzos por conservarse jóvenes, pero hay que entender que
dadas las mejoras en medicina y el deseo de vivir más, hoy nos enfrentamos al
espejo de la senectud, sin comprenderla. Como soy curadora oficial de mi padre (grado de Essalud),
me vi obligada a asistir a un curso de 6 horas sobre el tema del cuidado del
adulto mayor y uno de los puntos más resaltantes era "Comprendiendo la
vejez" Y creo que aún necesito por
lo menos 7 cursos más para poder acercarme al umbral de la comprensión. Por lo
pronto lo único que he entendido es que hay una palabra clave "Paciencia".
Nunca me he caracterizado por tenerla en abundancia, pero cuando se refiere a
mi padre me esfuerzo y mucho.
Desde Asesoría Educativa y como parte de mi obligación
de educadora les pido que reflexionen sobre un hecho inminente, no es un
problema, no es una obligación, es un derecho que los mayores se han ganado al
haber sido los proveedores y al habernos permitido estar donde estamos. En el
pasado solo algunos sobrevivían los 60 años y por lo tanto eran considerados más
sabios, pensemos que esta sabiduría si
existe y que al no escuchar sus consejos estamos desaprovechando una
oportunidad de conocer del pasado y seleccionar lo que nos es provechoso.
Nosotros los asesores educativos tenemos el deber de difundir la educación y es
parte de esta educación, entender que nuestros mayores deben ser cuidados y respetados
por lo que significan y lo que son, nuestra historia viva. Así que la próxima vez
que veamos un anciano pensemos en como deseamos ser tratados cuando lleguemos a
la senectud y si no vemos tan a menudo a tu padre o tu madre, porque nos parece
una actividad poco provechosa, pensemos en cuantas veces al año deseamos que
nuestros hijos nos visiten cuando seamos los adultos mayores.
Violeta
Fonseca